Asesinado solo por ser quien es

 Por Harold Sánchez

Alireza Fazeli, asesinado por sus propios familiares. Foto: Google 

Es triste lo que muchas personas de la comunidad LGBTI deben soportar día a día por el simple hecho de ser ellxs mismxs. No es justo. Nadie merece sufrir por su personalidad. La orientación sexual no es una decisión, es parte de la persona, viene con nosotros cuando nacemos. Si fuera algo sobre lo cual tuviéramos control, no creo que lo escogería, especialmente después de ver el horror acontecido a un chico iraní de tan solo 20 años el pasado 4 de mayo, cuando su propia familia lo asesinó.

Fazeli “Alireza” Monfared, según las noticias que han circulado sobre su devastador asesinato (no muchas, por cierto) estaba planeando escapar de su natal Irán buscando libertad, libertad para expresarse como le pareciera sin ningún temor, sin embargo, todo se vio frustrado cuando familiares lo decapitaron en un “asesinato de honor”.

La fuente principal de la cual otros medios se han alimentado proviene de 6Rang (La Red de Lesbianas y Transgéneros de Irán) quienes han dado a conocer poco a poco detalles recolectados de algunas personas cercanas a Alireza, pues no es de esperar que en un lugar donde la homosexualidad es considerada una enfermedad y un motivo de repudio, circulen libremente noticias sobre este horrendo crimen cometido contra un ser humano que a duras penas pudo vivir dos décadas. 

Una fuente citada es Aghil Bayat, un activista LGBTI árabe con el cual Alireza había estado en contacto desde finales de 2019, quien relató que su medio hermano abrió un sobre con una tarjeta de exención al servicio militar enviada a Alireza donde se le consideraba exento del servicio militar por estar “mentalmente enfermo” y fue esto el detonante para la atrocidad cometida.

Alireza tenía solo 20 años. Foto: Google

Según información citada por NBC News de la BBC Persa, Alireza había reportado amenazas contra su vida por parte de su familia. Luego de que su carta de exención militar fuera descubierta, varios varones de su familia lo llevaron a una zona rural, cerca a la ciudad de Ahvaz, y lo asesinaron arrancando su cabeza. Todo como parte de una “matanza honorífica” por “deshonrar a su familia”.

Seguidamente al homicidio, su madre recibió una llamada en la cual los asesinos indicaban donde recoger el cuerpo inerte de su único hijo, lo cual le causó un shock que la llevó a ser hospitalizada. En un principio, 6rang había reportado el detenimiento de los perpetradores del hecho, pero Shadi Amin, directora ejecutiva de esta misma red, informó la falta de claridad al respecto y que la policía informó así a la madre solo para calmarla. 

6rang, comenta en su página web sobre las tarjetas de exención militar y el peligro para los hombres gay al tenerlas, pues cualquier persona puede conocer la orientación sexual del portador solo con leerlas. 6rang, junto con otras asociaciones iraníes y foráneas a favor de la comunidad LGBTI, están luchando para que el gobierno iraní remueva la implementación de dichas tarjetas, pues exponen la vida de muchos jóvenes.

Yo, por mi parte, mientras escribo este contenido y leo las noticias alusivas a este hecho, no puedo contener la rabia, la impotencia y el dolor que siento. Como hombre gay me afecta mucho. No entiendo por qué alguien debe ser perseguido, atacado, vituperado y asesinado simplemente por ser quien es. ¿Por qué la humanidad no puede respetar la forma de ser de cada quién? ¿por qué no prestan atención a asuntos más importantes en lugar de importarles la forma de vestir o la preferencia sexual de alguien?

El asesinato de Alireza fue resultado de normas que desfavorecen a la
 comunidad LGBTI. Foto: Google

Lo peor es que ahora mismo en el planeta hay personas contentas con este horrible acto. Mientras la humanidad siga queriendo imponer normas a favor de algunos, mientras desfavorecen a otros, y quieran seguir patrones específicos, sin aceptar la diversidad de las personalidades, no llegaremos a nada. Como resultado, hoy una vida ha sido segada por culpa de tradiciones discriminadoras, anticuadas y sin basamento alguno. Al final, parece ser más importante cumplir una regla que la vida de un ser humano.